Pobres creyentes
ACLARACIÓN: En esta página nos proponemos criticar, hasta donde se pueda, a la religión, solamente a la fe. Es por eso (y con el fin de evitar discusiones triviales a partir del chato argumento de los pobres creyentes de que la fe nada tiene que ver con la institución o los hombres) que algunos notarán asombrados que no aparece texto ninguno sobre la inquisición o los 70 millones de aborígenes asesinados y mutilados en América, o sobre las miles de mujeres que mueren por abortos mal practicados o los millones de niños que mueren por inanición (todo gracias a la doble moral cristiana) o el gran apoyo con que la iglesia siempre ha bendecido a las dictaduras más sanguinarias de todo el mundo o etc, etc, etc.
La fe destruye al librepensamiento: ella no necesita de argumentos, no justifica, no investiga. La fe hace del hombre un simple ser que responde de la misma manera a ciertos estímulos (como el perro del amigo Pavlov). El hombre a medida que se deja llevar por ese veneno va transformándose en una bestia cada vez más burda. Todo lo que le quedaba de hombre la fe se lo ha quitado.
“Toda fe verdadera es infalible; da lo que el creyente quiere encontrar en ella; pero no ofrece el más mínimo punto de apoyo para fundar una verdad objetiva.”
El crucificado.
La fe destruye al librepensamiento: ella no necesita de argumentos, no justifica, no investiga. La fe hace del hombre un simple ser que responde de la misma manera a ciertos estímulos (como el perro del amigo Pavlov). El hombre a medida que se deja llevar por ese veneno va transformándose en una bestia cada vez más burda. Todo lo que le quedaba de hombre la fe se lo ha quitado.
“Toda fe verdadera es infalible; da lo que el creyente quiere encontrar en ella; pero no ofrece el más mínimo punto de apoyo para fundar una verdad objetiva.”
El crucificado.